Entre lágrimas y no se las reprochamos. Si lloró al coronarse como campeona mundial (2006 y 2010), porque no habría de llorar al alejarse de las canchas de voley para siempre.
Ekaterina Gamova, ícono del voley ruso guardará las rodilleras para no volver a ponérselas en un evento oficial FIVB. La rusa de 2.02 cm le puso fin a su carrera como voleibolista profesional y sí que se va por la puerta grande.
La "supernova" tuvo hoy una despedida como toda grande del deporte mundial y no pudo evitar derramar lágrimas al sentir todo el calor humano que la acompañaron en el coliseo.
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